El sumario revela que Dina hizo pantallazos del chat con el “azotaría a Mariló” de Iglesias y los envió a terceros
La investigación del ‘caso Dina’, la pieza del ‘caso Villarejo’ que investiga la Audiencia Nacional sobre el teléfono móvil de la ex asesora de Pablo Iglesias, confirma que fue la propia Dina Bousselham la que hizo los pantallazos del chat machista y de otros comentarios ‘salidos de tono’ y se los envió a terceros.
El sumario, al que ha tenido acceso OKDIARIO, desvela que los investigadores de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía Nacional acreditan que fue la propietaria del móvil, quien fuera mano derecha de Iglesias en el Parlamento Europeo, quien hizo los pantallazos de las conversaciones de Telegram justo cuando se produjeron, en 2014, y que dos años después verían la luz.
Un oficio del Grupo III de la Policía, fechado en marzo de 2019, confirma que no fue otra persona quien conservó estos mensajes. Fue la propia Dina Bousselham quien pulsó las teclas del móvil adecuadas para guardar una copia en forma de captura de pantalla de unos comentarios por los que Iglesias tuvo que pedir disculpas en público en el Senado y en sede judicial ante el magistrado Manuel García-Castellón.
Las horas coinciden
Los investigadores cuando analizan el material requisado al comisario jubilado José Villarejo, encuentran un pantallazo (denominado Screenshot) tomado el 28 de agosto de 2014 a las 15:00 de la tarde. Este archivo en formato imagen JPEG se localiza en la carpeta de enviados (Sent), de lo que se deduce, según fuentes policiales, que Dina cuando lee los polémicos comentarios realizados por Pablo Iglesias sobre la periodista Mariló Montero se guarda una copia y lo envía a terceros, en particular, «a dirigentes del partido Podemos», según el informe.
«Entre las numerosas comunicaciones que comparte Dina con terceros» está el célebre pantallazo del chat de Telegram, zanja la Policía en su informe.
Se da la circunstancia que cada mensaje de la conversación aparece junto a la hora de su publicación y estas referencias apuntan a las «14:57», «14:58» y «14:59». Además aparece un mensaje con el aviso «Monedero Profesor está escribiendo…». Sin duda alguna, es Dina Bousselham quien en ese mismo momento, a las 15:00 toma las imágenes (como queda registrado en el nombre del pantallazo) y las distribuye, ya que en la tarjeta de memoria original del móvil esta imagen está en la carpeta de archivos enviados por WhatsApp (carpeta Sent).
En este sentido, Villarejo en su declaración en esta pieza ante el Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia sostiene que fue Bousselham quien «por despecho» hace esos pantallazos. Según le cuentan los periodistas con los que se reúne, había una relación no correspondida entre Iglesias y su asesora. Por ello, ella guarda las capturas. Un extremo que encaja con el análisis policial realizado en el marco de la operación del ‘caso Dina’.
Bousselham en su declaración judicial oculta estos hechos al juez y fiscales a pesar de estar bajo juramento de decir la verdad y así colaborar con la investigación abierta.
Teoría de Podemos
Por el contrario, Podemos no acepta estos hechos que constan en las diligencias de la Policía. Consideran que una persona robó el móvil de Bousselham en la tienda de Ikea en Alcorcón y hackeó el terminal para acceder a sus contenidos directamente. Sin recaer en que previamente, concretamente dos años antes, fue Dina quien inmortalizó –en varias capturas de pantalla– los comentarios machistas de Iglesias.
En cambio, los periodistas y los directivos de la revista Interviú señalan que alguien llegó a la redacción con la tarjeta de memoria (no con el teléfono) y al introducirlo en un ordenador revisaron las imágenes que contenía el móvil. Circunstancia para lo que no se necesita la contraseña del dispositivo móvil.
Tanto los periodistas de Interviú y Villarejo coinciden en que fue el director de la revista (el ex vice director de comunicación de Pedro Sánchez, Alberto Pozas) quien le entregó «personalmente» en mano al policía el material en el restaurante ‘Txistu’. Los directivos de la publicación agregan que quien previamente llevó a la redacción con el pendrive fue una persona que se encontró ese USB abandonado en una habitación de hotel vacía en la que se había alojado posteriormente.